La Dra. Helen Fisher, del Departamento de Antropología de la Universidad de Rutgers manifiesta. “La única diferencia entre un gigoló y un ligue regular es que el gigoló realmente escucha lo que las mujeres decimos, por ende, sabe lo que queremos en la cama”. Así que: pregunta. Y habla. Lo ideal sería tener este tipo de conversaciones fuera de la cama, para que no sientan la presión de estar haciendo algo mal en ese momento. Discútelo en el desayuno, o antes de dormir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario