miércoles, 9 de marzo de 2016

SEXUALIDAD ADULTO MAYOR

SEXUALIDAD EN EL ADULTO MAYOR



Así como el cuerpo y sus funciones experimentan cambios con la edad, de la misma manera, la sexualidad comparte este proceso: el envejecimiento. Si bien somos sexuados desde que nacemos hasta que morimos, sabemos que las posibilidades se modifican con el paso de los años. Si la vida sexual en la juventud fue placentera y satisfactoria condicionará su sexualidad en la llamada tercera edad y tratará de mantenerla, no así los que tuvieron un pasado disfuncional.
Muchas personas creen que la vida sexual, simplemente, ha llegado a su fin. Lo cual, a la luz de las investigaciones sexológicas actuales, se revela como un prejuicio, un preconcepto. Estas investigaciones muestran que las personas de la llamada tercera edad, con relativa buena salud, que disfrutan del sexo, son capaces de tener actividad sexual hasta una edad muy avanzada.
Para  (Sapetti- Kaplan, 1986) . La presión social apunta a desexualizar a los ancianos de los que, en general, se espera que cumplan con la imagen idealizada de dedicarse a cuidar a los nietos o al esparcimiento monótono, en fin, a convertirse en “la clase pasiva”, donde las pasiones no tienen demasiado espacio, pero si éstas aparecen, quienes las viven frecuentemente reciben el apodo de “viejos verdes”, “chivos viejos” o “viejos sucios”. El vigor de los hombres jóvenes, es llamado lascivia en los viejos; la pasión femenina adopta tonalidad de locura de una “vieja loca”. Es que existe una mitología -alimentada por una mala información - que niega o denigra la sexualidad de las últimas etapas de la vida. Estas falsas creencias tienen sus pilares en una cultura que ha convertido al cuerpo joven y esbelto en un ideal de vida, y al rendimiento, en la vara para medir cualquier actividad, incluida la sexual.
“Nuestra experiencia como sexólogos nos muestra que las quejas entre las parejas de edad avanzada en general coinciden con las planteadas por los más jóvenes: interés por un lado y desinterés por el otro, pasividad o rechazos o dificultad para coincidir en la frecuencia del acto. Del mismo modo, también es posible abordar el tratamiento de ciertas disfunciones con el mismo grado de éxito que en las parejas más jóvenes” (Sapetti, A., Rosenzvaig, R., 1997).

Entonces la actividad sexual cumple muchas más funciones que las fisiológicas, en el adulto mayor, donde el envejecimiento, se refleja justamente en lo físico, el significado de la sexualidad se amplía aún más adquiriendo características diferentes que en otras etapas de la vida.  Para el  adulto mayor la sexualidad es mucho más que derribar mitos o comunicarse. En esta etapa como en ninguna otra etapa de la vida, la afectividad cobra gran importancia como mediadora de las relaciones sexuales. En el adulto mayor surge un nuevo lenguaje sexual en el cual se revela el amor, el afecto, la relación interpersonal, mucho más que el significado preferentemente sexual-genital tan restringido de la “juventud”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario