Cóctel de la muerte
Sexo, droga, alcohol y promiscuidad
estadistas que asustan
Tener prácticas sexuales no protegidas, y el consumo de sustancias psicoactivas en los jóvenes, y las promiscuidad juvenil asociada a esto son de las mayores preocupaciones de la salud pública en la actualidad. En América Latina, la OPS estima que la mitad de los nuevos casos por VIH se reportan en personas con edad inferior a 25 años, los cuales se han contaminado por vía sexual. En los Estados Unidos los mayores índices de contagio con el VIH están en los jóvenes con edades entre 17 y 19 años, en su mayoría varones.
La prevalencia de consumo de drogas entre los adolescentes aumenta cada vez más en los distintos estudios epidemiológicos. En Europa los datos del European School Survey Project on Alcohol and Other Drugs (ESPAD) muestran un aumento del uso de las drogas ilegales entre los jóvenes con fines experimentales, pero también su consumo reciente y habitual.
La United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC), en español Programa de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, estima que en 2007 entre 172 y 250 millones de personas consumieron drogas ilícitas por lo menos una vez el año anterior, y que en 2007 había entre 18 y 38 millones de consumidores problemáticos de drogas entre 15 y 64 años.
Los efectos de las diferentes drogas sobre el deseo y el acto sexual han sido estudiados a fondo por varios autores. El alcohol es la sustancia más consumida y la que más influye en la conducta sexual, y es usada para reforzar la confianza y rebajar las inhibiciones; la marihuana, por su parte, ha sido utilizada para facilitar el inicio, deshinibirse y aumentar la excitación; igualmente, la cocaína y el popper son usados para buscar mayor placer y prolongar la relación; y la heroína, para evitar la eyaculación precoz El éxtasis fue mitificado en las décadas del 80 y 90 del siglo pasado como la droga del amor, y muy usada, por ello, en las prácticas sexuales.
No es fortuito expresar que la asociación entre el consumo de drogas y las prácticas sexuales de riesgo. entre adolescentes y las relaciones inestables y de riesgo tiene importantes repercusiones en la salud pública, debido al peligro de contraer VIH, infecciones de transmisión sexual (ITS) y al incremento de los embarazos no deseados. Muertes no intencionadas en adolescentes por prácticas de abortos en clínicas o lugares clandestinos, y el aumento de abuso sexual producto de conductas inducidas por el uso de sustancias psicotrópicas y el alcohol
Los jóvenes consideran las drogas como un instrumento facilitador y potenciador de las relaciones sexuales. Los efectos del alcohol afectan las capacidades cognitivas de evaluación coste-beneficio de la conducta sexual, y llevan a los sujetos a tener prácticas de riesgo. El consumo de drogas "relaja inevitablemente las costumbres sexuales y, en consecuencia, lleva a mantener relaciones descuidadas e inseguras”. Las prácticas sexuales de riesgo bajo el efecto de sustancias psicoactivas se debe a la alteración que produce el consumo de drogas en la toma de decisiones, y ello incrementa la probabilidad de que mantengan relaciones sexuales sin protección. La desinhibición que produce la intoxicación, característica de las alteraciones en el lóbulo frontal, como responsable de este tipo de comportamiento.
Es aquí donde la educación en la primera infancia sobre sexualidad y autoestima así como el modelado de la familia juega un parte fundamental en las relaciones de los jóvenes
La invitacion es a fortalecer los programas de educación sexual en la casa y la escuela como herramienta para generar una juventud proactiva y sana